Inclusión
Vigilancia inclusiva: un programa que rompe paradigmas en la industria de la seguridad privada
Personas en silla de ruedas o con amputaciones encuentran en este programa de Securitas oportunidades laborales que valoran sus habilidades para fortalecer los sistemas de seguridad.

Augusto Salazar y su hijo Juan Pablo Salazar, creadores de la Fundación Arcángeles, cuyo propósito es trabajar por la inclusión social y los derechos de las personas con discapacidad, se acercaron a Sandra Carvajal Villamizar, country president de Securitas para Colombia y Ecuador, con el propósito de buscar oportunidades laborales para esta población.
En la mente de estos tres visionarios nació ‘Vigilancia inclusiva’. “Empezamos a darle vida a este proyecto en unión con el centro comercial Gran Estación en Bogotá”, relata Carvajal sobre la génesis de este sueño.
Así, personas con discapacidad en miembros inferiores, que usan la silla de ruedas para movilizarse, o tienen amputaciones en cualquiera de sus extremidades, empezaron a hacer parte del staff de trabajadores en la seguridad de este espacio comercial.
No se trata simplemente de un tema filantrópico corporativo, explica esta líder del sector de la seguridad. El propósito es abrir oportunidades reales para las personas con discapacidad y poner sus talentos al servicio de la comunidad. “El plano visual que tienen las personas en silla de ruedas es muy valioso en espacios como la plazoleta de comidas en los centros comerciales”, explica.
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Además, estos trabajadores son capacitados para poder detener a un sospechoso a partir de su fuerza y destreza física sin ningún inconveniente. “Tuvimos que aprender al interior de la compañía y con los clientes sobre las condiciones laborales, contractuales y crear espacios en equidad para todos los trabajadores”.
La selección y formación del personal en estas condiciones son bastante exigentes: “Hacemos un buen análisis locativo, si podemos incluir o no personas con discapacidad. Vamos más allá del concepto de seguridad, entendido como un guarda, para trabajar en la idea de prevención al sumar tecnología y análisis de riesgos a la capacidad humana”, explica la líder de Securitas.
Este programa ha impulsado la ruptura de paradigmas. No solo al ofrecer empleo para la comunidad con discapacidad, sino para generar conocimiento, respeto y empatía, tanto en las empresas que los contratan, como en las comunidades que tienen contacto directo durante el ejercicio laboral.
Hoy ‘Vigilancia inclusiva’ es un programa robusto que ofrece empleo a más de 100 personas en silla de ruedas o con amputaciones.